La liturgia de toma de posesión del obispo de Bilbao tuvo lugar en la catedral de Santiago. Con el aforo permitido del 60%, 300 personas participantes en el templo. Fue seguida en directo por más de una docena de medios acreditados y se emitió por la web diocesana, las emisoras Radio Popular y Bizkaia Irratia y 13 TV . Mons. Segura fue acompañado por más de 25 obispos, arzobispos y cardenales, 60 sacerdotes, y diáconos en representación del clero diocesano y el ministerio ordenado y varias personas que representaban a los diferentes estamentos diocesanos: laicado, religiosos, organizaciones, etc., También participaron varios miembros de diferentes confesiones religiosas y una representación política encabezada por el alcalde de Bilbao, Juan María Aburto. La capilla de Música de la Catedral acompañó toda la celebración.
Las palabras del séptimo obispo de Bilbao en la celebración de su toma de posesión han sido recogidas por los medios. Algunos, en la homilía, invitaba a los creyentes a “no ser uno más” refiriéndose a no silenciar la dimensión trascendente de la vida. Animaba al estilo de autoridad moral que señala Jesucristo: `Pongámonos en el último banco, dispuestos a servir desde allí a los que necesitan afecto o cualquier tipo de apoyo´; `Quien sigue a Cristo nunca podrá juzgar a nadie y menos, sentirse superior´; `No es posible ser uno más y vivir en actitud orante y agradecida, cuando muchos ya no saben lo que es rezar´...
En el capítulo de agradecimientos, mons. Joseba Segura comenzó recordando cómo se conocieron sus padres, precisamente, “a 300 metros de esta catedral”.
Mons. Segura acudió a la Catedral con el Nuncio, hacia las 10:30 h. y tras el recibimiento del Cabildo Catedralicio y el Deán, le ofreció el `Lignum Crucis´ para su veneración y el agua bendita con la que Mons. Auza, asperjió a sí mismo y a los presentes. Posteriormente los dos se han dirigido al interior para orar, en la capilla del Santísimo Sacramento. Permanecieron arrodillados ante el tabernáculo unos minutos
La celebración comenzó con las palabras del Nuncio dirigidas a Mons. Segura y a la Asamblea. Tras la lectura de las letras apostólicas, el obispo de Bilbao se sentó en su cátedra y ha recogido el báculo de madera que perteneció al obispo auxiliar de Mons. Blázquez, D. Carmelo Etxenagusia. Una representación de los diversos ministerios y grupos comunitarios se acercaron al nuevo Obispo para mostrarle su adhesión. Entre otros una familia latinoamericana y una mujer africana, comunidades cuya presencia crece de año en año en la Diócesis vasca.
La homilía se centró en la autoridad de Cristo
Mons. Segura comenzó saludando a la comunidad católica en Bizkaia “que, en su gran diversidad, en la riqueza de sus ministerios y carismas, me acoge hoy con afecto como su obispo” y también al Nuncio del Santo Padre, Bernardito Auza, presente en la Toma de posesión “y, a través suyo, al Santo Padre, a mis hermanos obispos presentes y ausentes, a las autoridades aquí reunidas, mi agradecimiento más cordial que también se extiende a los representantes de las denominaciones cristianas hermanas que nos acompañan”.
Mons. Segura prosiguió remarcando que “No es posible defender hoy que esta vida, a pesar de su belleza y trascendencia, no es sino la antesala de otra más grande más allá de la muerte” y que quien comparte la autoridad de Cristo “no se enreda en análisis negativos sobre la situación social o sobre las debilidades de otras personas o grupos. Hace propuestas y las hace con convicción. Y pone su vida por delante. No pongamos demasiada energía en señalar las contradicciones y debilidades que observamos en otros, los signos de ignorancia, la desintegración de convicciones humanistas y los peligros varios que algunos análisis destacan”.
Con un mensaje positivo ha pedido que asumamos el reto de decir y hacer propuestas significativas para el mundo; con convicción, con autoridad, “busquemos modos y maneras de que nuestro mensaje llegue a nuevas personas”. También añadió que ‘cuando del dicho al hecho va un trecho’, se pierde credibilidad, “gastémonos entre la gente, sin dar lecciones a nadie".
Concluyó su homilía, resaltando que no quería extenderse demasiado “voy terminando, -afirmó con un toque de humor- no sea que ya en la primera homilía defraude la confianza del Santo Padre, que las pide cortas. Hemos invocado en el salmo al Espíritu de Dios. Acabo mis palabras haciéndolo de nuevo para que sea ese Espíritu el que renueve nuestros mensajes y testimonios, y así podamos reflejar un poco más a aquel Jesús que hablaba con autoridad humilde”.
Acción de gracias
Al concluir la celebración, el nuevo obispo de Bilbao, emocionado, habló de su familia dando gracias a Dios “por tantas mujeres y hombres de generaciones previas, que nos han dado vida y fe, y así nos enseñaron lo que significaba luchar como creyentes, con sencillez y con valores profundos”. También expresó sus sentimientos tras recibir el nombramiento y ha agradecido al Papa Francisco su confianza “en todo caso, el reto de acompañar a esta Iglesia de Bizkaia suena bastante más fácil que el gestionar el Vaticano con espíritu evangélico”.
Recuerdos
“Si tuviera que citar a las personas importantes en mi caminar creyente, no terminaría -ha dicho-, por eso me voy a limitar solo a los obispos que me han precedido en Bilbao y nos acompañan hoy aquí. Mila esker Juan Mari, 15 años auxiliar en esta diócesis que es la tuya, porque en 1975 apareciste en aquella clase de escolapios y, sin que te conociera, me convenciste para que cambiara mis planes y entrara al seminario.
También se dirigió con afecto al Cardenal Blázquez: Gracias Ricardo: me has dicho recientemente que lo pasaste muy bien en Bilbao; voy a ir a lo seguro y por si acaso no voy a agradecer a Dios por lo bien que lo pasaste, sino por haber olvidado pronto la parte de los sinsabores, y quedarte solo con las cosas buenas. Aquí hay varios presentes, pero tú eres para mí el ejemplo más cercano de cardenal al que no se le nota que lo es. Se dirigió también entrañablemente a mons. Iceta: (…) gracias Mario por haber confiado en mí sin conocerme, gran temeridad, y por la cercanía y afecto que me has demostrado cuando finalmente hemos podido compartir tareas. Tal vez hasta tienes algo que ver con lo que celebramos hoy aquí. Ya se sabe: está la voluntad de Dios y están las mediaciones”.
Además de agradecer a sus hermanos obispos el afecto con el que le han acogido concluyó agradeciendo al Pueblo de Dios en Bizkaia, “hermanos sacerdotes vivos y difuntos, permitidme que recuerde hoy particularmente a Angel Mari cuya memoria está tan viva en el corazón de muchos.Se refería a don Angel Mari Unzuetata que fue vicario General y falleció repentinamente en noviembre de 2020. Mons. Segura continuó sus palabras de agaredcimiento: Gracias diáconos, religiosas y religiosos, laicos con encomiendas, ministerios y carismas diversos, comprometidos en la vida social, gracias padres y madres de familia, que habéis sido y seguiréis siendo los primeros transmisores de la fe. En vuestra riqueza y diversidad todos vosotros sois el corazón y el cuerpo de Cristo en medio de esta provincia, la sal que da sabor en los distintos ambientes y el medio por el que el Evangelio sigue llegando a mucha gente. Sin vosotros, ningún obispo es nada y nada puede hacer”.
Finalmente agradeció al Señor Jesús “porque inicié mi ministerio presbiteral convencido de que sabía de quién me fiaba, y el tiempo no hace sino confirmar de muchas maneras aquella primera confianza” y a María “al inicio de mi ministerio en Bilbao quiero ponerme bajo su protección, como alguien que, tal vez afectado por los peligros de las muchas letras, pide ayuda a la amatxu de Begoña para recuperar la limpieza de corazón, esa que, como se nos dice en las bienaventuranzas, nos permite ver a Dios y así poder ver, desde Dios, las cosas con mirada fresca, sencilla y confiada”.
También ha agradecido a las autoridades y a todos los que, presentes o de modo virtual, “nos habéis podido acompañar hoy. Cuento con vuestro apoyo y oración”.
La jornada matinal terminó con una comida fraterna en el hotel seminario de Derio.
Al día siguiente, Fiesta de San Valentín de Berriotxoa, co-patrono de la Dócesis, el obispo de Bilbao presidó su primera eucaristía como obispo en Elorrio, a las 11:30 h. El prelado recordaba al santo misionero mártir leyendo un fragmento de una de sus cartas dirigidas a su madre, en la que instaba a rezar a María. En la Homilía del santo Vizcaíno expresaba este deseo: Quiero encomendarme hoy aquí, ante vosotros para poder llegar a ser como él: un obispo bueno, entregado, un obispo dispuesto a dar sus cualidades y su vida por la gente, un obispo que cree en el Evangelio y que está convencido que hay mucha riqueza en ese libro, en esa palabra en esa experiencia y lo quiere comunicar a todos los que pueda. Un obispo como Valentín: valiente, transparente, animoso. Alguien que, porque ha puesto su confianza en la fuerza de la Cruz no va a desanimarse. Un obispo que descansa en la sencillez del Buen Pastor"
Eucaristía completa:
https://www.youtube.com/watch?v=swa390joj8k
Informó Rafael Hernández Urigüen, Redactor de Omnes en Donostia-San Sebastián
Imágenes y textos facilitados por la Delegación de MCS de la Diócesis
