Fotografía de Manuel Castells
HACE 25 AÑOS, PRECISAMENTE, UN 30 DE ENERO. MIS DOCE PREGUNTAS AL PROFESOR DE ECONOMÍA JULIAN LINCOLN SIMON Y SUS RESPUESTAS 10 DÍAS ANTES DE SU REPENTINO FALLECIMIENTO
Julian Lincoln Simon ,
economista norteamericano profesor en la Universidad de Maryland, recibía el Doctorado
Honoris Causa en la Universidad de Navarra junto al Cardenal Ratzinger y al
Profesor Douwe D. Breimer hace un cuarto de siglo.
Por aquellos años quien
escribe estas líneas compaginaba sus responsabilidades pastorales y docentes en
dos centros académicos que la Universidad de Navarra tenía en San Sebastián (Guipúzcoa):
ISSA (School of Management Assistance, trasladada definitivamente a Pamplona en
2016) y TECNUN (Escuela Superior de Ingeniería que continúa en la capital donostiarra).
Al mismo tiempo, colaboraba en dos medios de comunicación: La Revista Palabra
(actualmente Omnes Magazine) de la que era corresponsal para Euskadi (País
Vasco), y el diario DEIA, diario vasco nacido al comienzo de la democracia.
El Departamento de
comunicación de la Universidad me facilitó entrevistar a Julian Simon, y concertamos
el encuentro en “Faustino” la cafetería snack del Edificio Central de la
Universidad de Navarra. Por cierto, “Faustino” me evocaba mis tiempos como
estudiante de Filosofía y Letras, cuando en aquellas mesas de roble discutía
con algunos de mis compañeros sobre los textos de los presocráticos, o comentábamos
a Platón y a Aristóteles.
La entrevista fue cordial
desde nuestro primer saludo. Cuando me presenté y pronunciaba mi nombre, “Rafael”,
Simon, judío, añadía en inglés: “Rafael: tú eres medicina de Dios”. Lo repitió
varias veces con un tono de respetuoso humor, y también al despedirnos. Percibí
que también le agradó cuando al presentarnos comenté que yo había rezado por él
y por su familia durante la Misa a primera hora de la mañana. He de reconocer
que en aquella Misa sentí, como sacerdote, la responsabilidad de acertar con
mis palabras en el diálogo que pocas horas después mantendría con ese
prestigioso intelectual hebreo, convencido de que iba a encontrarme con un “hermano
mayor”. bella expresión del Concilio Vaticano II cuando se refiere a los judíos.
Simon, junto a un constante
y fino sentido del humor, mantuvo sus tesis, favorables al crecimiento
demográfico durante nuestro diálogo, fundamentándolas en el método propio de su
especialidad científica, y evitando otras consideraciones. Siguiendo la
tradición liberal norteamericana presenta sus conclusiones científicas y que
cada cual decida libremente cómo actuar en consecuencia. No quiso salirse de su
propio ámbito en ningún momento. Quizá esta sobria contención, defraudará a
algunos lectores que podían esperar más compromiso explícito y “mordiente”
respecto a las indiscutibles políticas antinatalistas, pero, en mi opinión, el
texto, en su sobriedad y rigor metodológico constituye un argumento que rebate,
sin levantar la voz, el maltusianismo latente (el imperativo maltusiano en palabras de Simon) que sigue manteniendo a
Europa y a otras zonas del planeta congeladas en el letal invierno demográfico.
ENTREVISTA
AL PROFESOR. JULIAN L. SIMON.
Edificio
Central de la Universidad de Navarra, viernes 30 de enero de 1998
(La
entrevista, hasta hoy inédita, se desarrolló en inglés).
RAFAEL HERNÁNDEZ URIGÜEN: Profesor: Sé
que hasta ahora ha ganado usted todas sus apuestas frente a las previsiones
catastrofistas como la de Ehrlich sobre la evolución de las reservas de cinco
recursos naturales. ¿Continúa usted apostando fuerte frente al 2000 respecto a
los efectos positivos de una razonable aplicación tecnológica en el uso de las
reservas naturales, y respecto a la necesidad de incentivar el crecimiento
demográfico? ¿Se jugaría usted otros
100.000 dólares en esta apuesta?
SIMON: Sin
duda. la probabilidad de ganar esta apuesta es muy, muy alta. En cualquier
momento de la historia usted ganaría esta apuesta.
RAFAEL HERNÁNDEZ URIGÜEN: En el último
estudio de la ONU: “World population Prospects: The 1996 Revision,” se corrigen
las previsiones anteriores de este Organismo que pronosticaban un estabilizarse
en el crecimiento de la población mundial, mientras que ahora prevén una
disminución demográfica. ¿Cuáles han sido las causas de esta tendencia
negativa?
SIMON: La
única tendencia negativa es la negativa tendencia a hacer predicciones
equivocadas. Hicieron mal las predicciones anteriores vaticinando por lo alto,
ahora han hecho malas predicciones calculando por lo bajo. No conocen el
futuro.
RAFAEL HERNÁNDEZ URIGÜEN: ¿Por qué
quiénes se alarmaban por el “baby boom” de los años 60 y 70 no se asustan
actualmente ante el grandpaboom, u oldmenboom que vamos a tener que
soportar en la primera mitad del siglo XXI? ¿Cuál es la fundamentación
ideológica de los antinatalistas y porqué tienen tanta fe en sus esquemas
mentales?
SIMON: Estos
son problemas para los sicólogos. Yo soy un economista, no un sicólogo. ¿Por qué
la gente cree las cosas que cree? Yo no lo sé. Pienso que genéticamente tenemos
una tendencia a creer en ideas catastrofistas, padecemos una cierta propensión
a ello. Puede que haya algunos beneficios en prever catástrofes, pero no los
hay en prever catástrofes económicas. No conozco la respuesta a su pregunta.
Nadie la sabe. ¿Por qué a la gente le gusta ir a películas de terror? ¿Por qué
le gustan estas películas? Si usted puede explicar esto, podría explicar lo que
me preguntaba.
RAFAEL HERNÁNDEZ URIGÜEN: Quizá sea una
enfermedad mental...
SIMON: ¿Una enfermedad mental? A la gente le gusta
ver películas de acción: Drácula… Les gusta ver sangre. Usted es el profesor de
Ética, no yo.
RAFAEL HERNÁNDEZ URIGÜEN: ¿Qué
consecuencias sociales puede producir en la economía mundial el previsible
descenso de la población en 85 millones durante la primera mitad del siglo XXI?
SIMON: Yo no
lo sé. Nadie lo sabe. Nadie conoce el futuro de la natalidad
RAFAEL HERNÁNDEZ URIGÜEN: ¿Con qué
argumentos rebatiría la tesis de Huntington en su libro “the crash of
civilizations” demostrándole que la emigración, el mestizaje, y el encuentro
entre distintas culturas es fuente de riqueza humana, cultural y económica?
SIMON: ¿Cuál es la tesis de Huntington?
RAFAEL HERNÁNDEZ URIGÜEN: Huntington sostiene la idea de que nuestra
civilización va a entrar en guerra por un choque entre el islamismo, el cristianismo,
el taoísmo y considera un peligro para la subsistencia Civilización Occidental
que países como Estados Unidos puedan llegar a tener mayor número de habitantes
procedentes por las migraciones de otros continentes y culturas que los
actuales ciudadanos norteamericanos.
SIMON: ¿Qué evidencia tiene? ¿En qué se fundamenta?
La gente siempre piensa que habrá guerras y problemas, siempre piensa en lo
peor. Quizá haya guerras y problemas; yo no lo sé. Pero... Huntington es un
profesor de política, no de economía. Yo soy economista y sólo puedo asegurarle
que no hay fundamentos en la economía para sostener esta idea. La gente piensa
que pelearán unos contra otros, yo no lo sé. Quizá lo hagan. ¿Lucharán las
democracias unas contra otras? No lo sé.
Los pueblos no lucharán unos contra otros desde un punto de vista
económico. La gente no irá a la guerra para conseguir más tierras, no lo
necesitan. Alemania ¿fue a la guerra porque necesitaba más tierras para la
agricultura? España tiene mucha tierra. ¿Va la gente a la guerra porque quieren
luchar unos contra otros? No lo sé
RAFAEL HERNÁNDEZ URIGÜEN Soy profesor
universitario de Ética y explico a mis alumnas que los hijos son fuente de
riqueza material y espiritual. ¿Qué argumentos les ofrecería usted a las
jóvenes de finales de siglo XX que dentro de tres años contraerán matrimonio?
SIMON: Si
ellas tienen más hijos, otras personas serán más ricas. Son sus hijos los que
enriquecerán a otras personas.
RAFAEL HERNÁNDEZ URIGÜEN: Si usted tuviera que convencer a un grupo de
políticos, a otro de empresarios y a unos padres de familia para que fomentasen
la natalidad ¿en qué puntos basaría su argumentación?
SIMON: Yo no
discutiría con nadie acerca de tener más hijos por razones económicas. Yo les
diría que, si ellos tienen hijos, el mundo será más rico. ¿Qué elección es
esta? Mi valor primero es la libertad, libertad de elegir: ¿Quieres tener más
hijos?... Bien, ¿Quieres tener menos hijos?
Bien.
RAFAEL HERNÁNDEZ URIGÜEN: Pero hay una
presión social importante por parte de los gobiernos y de los medios de
comunicación contra la familia y contra la natalidad...
SIMON: ¿Se trata de una presión de los gobiernos, o
de personas individuales? Habitualmente son los periodistas los que constituyen
un problema más grave que los gobiernos. No es una conspiración. Es, sin más,
gente con ideas equivocadas, con una lógica equivocada, que no saben de
economía. ¡Alguien tendría que enseñar economía a esta gente! Es realmente
difícil enseñar economía... Todo lo que yo digo va contra el sentir general que
defiende que cuanta más gente haya habrá menos alimentos, menos recursos. Por
tanto, el problema se centra en enseñar economía a la gente y mostrarles que el
sentido común se equivoca en este caso. No es nada sencillo. Por eso existen
las universidades... estas cosas no son obvias, evidentes.
RAFAEL HERNÁNDEZ URIGÜEN: En la Biblia
aparece un episodio significativo del choque entre la política demográfica del
faraón que quiere aplastar a los hebreos, y la cultura a favor de la vida que
las comadronas judías ponen en práctica defendiéndose de la agresión del
tirano. ¿Cómo fomentar desde las aulas universitarias y desde los medios de
comunicación social una cultura a favor de la vida, en contra de la cultura de
la muerte que también condena el Papa Juan Pablo II?
SIMON: (se ríe y le gusta la comparación) Yo no lo sé... Sólo soy economista. No
soy sacerdote. Este es su trabajo, no mi trabajo... Pero la economía muestra
que cuanta más gente hay, habrá más recursos. Sin embargo, este no es un
argumento “pro-vida”. Los argumentos “pro-vida” son argumentos éticos, no
económicos.
RAFAEL HERNÁNDEZ URIGÜEN: ¿Qué
intereses políticos, económicos o ideológicos se esconden detrás de las
políticas de ayudas al desarrollo que obligan como contraprestación a
introducir el birth control? ¿Quiénes están detrás de estas
ideologías?
SIMON: No
creo que haya una conspiración. Más bien, pienso que son las parejas mismas las
que optan por usar o no el control de la natalidad
RAFAEL HERNÁNDEZ URIGÜEN: Muchas gracias, profesor
Textos: Rafael
Hernández Urigüen, Redactor de Omnes Magazine en Donostia-San Sebastián.
Imágenes: Manuel Castells Clemente, Director Comunicación Multimedia
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