Datos personales

Mi foto
Licenciado en Filosofía y Letras, Doctor en Teología, ex capellán y ex profesor Universitario de Ética, Antropología Filosófica e Introducción al Cristianismo.en la Universidad de Navarra. Ex profesor de Ética y de Antropología Teológica en el Instituto Diocesano de Ciencias Religiosas Pío XII de San Sebastián-Donostia. Redactor de Omnes Magazine en Donostia-San Sebastián

jueves, 2 de febrero de 2023

HACE UN CUARTO DE SIGLO. MI PREGUNTA EL 2 DE FEBRERO DE 1998 A JOSEPH RATZINGER Y SU RESPUESTA

 

Al comienzo de la rueda de prensa, los informadores nos acercamos al Cardenal para saludarle y depositar la grabadora sobre la mesa. ( Fotografía: Manuel Castells)

HACE UN CUARTO DE SIGLO. MI PREGUNTA EL 2 DE FEBRERO DE 1998 A JOSEPH RATZINGER Y SU RESPUESTA. TRES PALABRA CLAVE PARA DAR CONTINUIDAD A LAS EXPERIENCIAS APORTADAS POR LAS J.M.J.: CREATIVIDAD, PACIENCIA, CONFIANZA

 

En enero de 1998 la Universidad de Navarra, en la que entonces trabajaba yo como capellán y profesor para sus centros académicos de San Sebastián, confirió el doctorado Honoris Causa al Cardenal Joseph Ratzinger.

Por aquella época, yo era corresponsal de la Revista Palabra para Euskadi (actualmente Omnes Magazine) y colaborador del Diario vasco DEIA.

Acudí a Pamplona para participar en la rueda de prensa convocada el 2 de febrero, y formular alguna pregunta a Ratzinger. Antes de empezar, mientras colocaba una pequeña grabadora sobre la mesa desde donde nos hablaría el Cardenal, pude saludarle como se observa en la imagen y al final del encuentro le pedí que me firmara dos libros suyos: “Introducción al cristianismo” y “Mi vida. Recuerdos (1927-1977)”. Conservo esos ejemplares como una reliquia. De hecho, la rueda de prensa fue convocada porque el cardenal presentaba la edición española de “Mi vida”.





Ejemplar de "Mi vida"  firmado por J. Ratzinger (Fotografía R. Hernández U)



Firma autógrafa del Cardenal en el  ejemplar de " Mi vida" 

(Fotografía R. Hernández U)



Ejemplar de "Introducción al Cristianismo" firmado por Ratzinger 

(Fotografía R. Hernández U)



Firma autógrafa del Cardenal en "Introducción al Cristianismo"

(Fotografía R. Hernández U)

 

Tuve la suerte de formular la primera pregunta del encuentro. La hice porque estaba todavía profundamente conmovido por la Jornada Mundial de la Juventud celebrada en París durante el mes de agosto de 1997. Mi presencia en la capital de Francia consistió principalmente en atender a un numeroso grupo de universitarios procedentes de Navarra y el País Vasco, y también colaborar con la revista Palabra y DEIA en las informaciones de primera mano, ya que fui testigo de historias vivas en las que la acción de la gracia resultaba “palpable”.

Mi vivencia de Paris durante quince días me supuso una confirmación fascinante de la catolicidad de la Iglesia, y prueba fehaciente de su naturaleza sacramental para conseguir la anhelada unidad de los hombres que el Concilio Vaticano II propuso en Lumen Gentium. En definitiva, al contemplar una juventud de los cinco continentes hermanada sinceramente celebrando la fe junto al papa san Juan Pablo II, y al episcopado mundial, pensé para mis adentros: “Era verdad, es posible”. Al mismo tiempo, la experiencia pastoral demuestra que los entusiasmos iniciales para vivir el Evangelio con motivo de cualquier encuentro litúrgico, celebrativo, frecuentemente pierden vigor con el transcurso del tiempo.

Así, me atreví a formular mi pregunta a Ratzinger evocando la tradicional definición de los sacramentos: “Signos eficaces de la gracia”. Si la Iglesia, según la enseñanza del Vaticano II es “Sacramento de unidad”, y la experiencia de los encuentros mundiales de la juventud consiguen unir a los jóvenes de diversos continentes, sensibilidades, e ideologías, hasta qué punto el “signo eficaz” mantiene su vigencia con el pasar del tiempo.

Transcribo, sin más preámbulos literalmente mi pregunta y lo que me respondió, también literalmente, Josef Ratzinger (el texto fue publicado en la obra Crónica de cinco días. 30 de enero a 3 de febrero de 1998. El Cardenal Ratzinger en la Universidad de Navarra. Discursos, coloquios y encuentros. Pro manuscripto. Para uso de profesores, empleados y estudiantes de la Universidad de Navarra. (Facultad de Teología Universidad de Navarra, Pamplona, 1998).

Mi intervención se encuentra en la IV parte de la publicación:  Encuentros con los medios de comunicación. Más exactamente en el cap. 3 Encuentro con los periodistas, encabezada con el título: Respuestas a las preguntas últimas pp. 125-127.



Los informadores ocupábamos totalmente el aula habilitada para la  rueda de prensa (Fotografía: Manuel Castells)

 

Mi pregunta:

 

− Rafael Hernández Urigüen: Eminencia. Tuve la suerte, gracia de Dios, de participar en la última Jornada Mundial de la Juventud en París. Allí me venía a la cabeza constantemente lo que se afirma en la Constitución Lumen Gentium del Concilio Vaticano II acerca de la Iglesia considerada como sacramento de unidad. Comprobé que el acontecimiento de París favoreció una colaboración estrecha entre las autoridades civiles y las eclesiásticas de Francia, la armonía entre el arte, la fe y la cultura, viendo a los artistas del momento poner al servicio de la liturgia lo mejor de su inspiración. Vi también armonía, convivencia y solidaridad entre jóvenes de todas las razas y países, incluso entre los que habían estado en guerra pocos meses atrás. Resaltaba la unión entre la jerarquía católica y los mismos jóvenes, así como la aceptación y cordialidad sincera entre distintas instituciones y carismas de la Iglesia. ¿Piensa Vd. que el acontecimiento de París es un signo eficaz y duradero?






El Cardenal respondió a todas  las preguntas  prestando mucha atención.

 (Fotografía: Manuel Castells)

Card. Joseph Ratzinger: Responderé en italiano porque quizá así se comprenda una parte de lo que vaya diciendo, mientras que el alemán puede que resulte excesivamente lejano. Efectivamente, este signo de París ha tenido una grandísima importancia, porque ha supuesto la experiencia de una Iglesia viva que se rejuvenece siempre en unos momentos en los que Europa parece incapaz de encontrar la vida del mañana.

         Hemos comprobado que la juventud sigue buscando respuestas a las preguntas últimas. Persigue la presencia de Dios, esa fraternidad que sólo es posible desde la comunión con Dios, y también la belleza de la fe en la liturgia. Este es el mensaje de París: que la fe crea comunión, alegría, y que abre las puertas del hoy al mañana, En ese sentido, el encuentro de París ha sido un regalo y un don de Dios, un gran ánimo para todos nosotros, una invitación a creer, a tener la certeza de que el Señor sigue estando presente hoy.

         Indudablemente está en nuestras manos el no perder esta experiencia, traducirla a la vida de los diferentes países, continuar con esa comunidad creada allí en París, entre las diversas situaciones y culturas, y trasladar ese coraje y alegría de la fe a las situaciones cotidianas.

         Para traducir esa experiencia a las situaciones de países tan diversos, será precisa, sin duda, la creatividad. Y será necesaria también una cierta paciencia, porque está claro que ese entusiasmo se atenúa al entrar en contacto con las dificultades de la vida normal, de la vida cotidiana. Esos dos elementos me parecen los más importantes: la creatividad y la paciencia. Añadiría un tercero: la confianza, para dar continuidad a esa experiencia, para no perder la comunidad en la liturgia, en la amistad fraterna que se ha creado allí. Y a la vez, para invitar a los no creyentes con las palabras de los apóstoles cuando se les pregunta por el Señor: aquel Venid y ved. Cuando nos preguntan a los creyentes dónde está el Señor, la respuesta es venid y ved, invitándoles a participar en nuestra experiencia de la comunidad fraterna y de la belleza que supone caminar con Jesucristo. Éstas pueden ser las claves para llevar esa experiencia de París a las situaciones cotidianas.

 

Sin duda estas tres palabras: creatividad, paciencia y confianza, cobran vida y vigencia, veinticinco años después para seguir preparando la próxima J.M.J. de Lisboa y resultan válidas para acompañar los procesos en la pastoral juvenil del siglo XXI  

Rafael Hernández Urigüen. Redactor de Omnes Magazine en Donostia-San Sebastián


Para  ampliar información sobre la presencia del Cardenal en Pamplona  puede consultarse esta página de la Universidad de Navarra  https://n9.cl/uwxkv

2/02/2023

 

 

 

 

  

No hay comentarios:

Publicar un comentario

LA DIÓCESIS DE BILBAO COMIENZA EL CURSO CON LA ORDENACIÓN DE TRES NUEVOS PRESBÍTEROS

  TRES NUEVOS PRESBÍTEROS ORDENADOS POR   MONS. JOSEBA SEGURA   EN LA DIÓCESIS DE BILBAO EL 15 DE SEPTIEMBRE. El pasado domingo 15 de sept...